domingo, 17 de julio de 2011

Mi miedo era terminar como dos extraños, demasiado tarde pues siempre lo fuimos.

Como dos extraños que nunca se conocieron y nunca lo harán. Viendo su rostro el uno al otro sin reconocerse o fingiendo, tal vez o no lo sé, son solo dos extraños a pesar de haber compartido algo, nunca se conocieron solo pretendieron hacerlo.

Sí algún día creí conocerte ese día debí de haber cometido un gran error, bien dicen que nunca dejas de conocer a una persona, pues bien, debí de haber seguido ese dicho; tú nunca serás más de lo que mi mente inventó para ti, no serás más que el recuerdo absurdo que idee y que hice crecer para engañar mi corazón.

No hay material ni herramientas de realidad que pueda usar para deshacerme de lo que mi confuso corazón siente porque una idea tan pequeña que sembré yo mismo en mi cabeza ha crecido como un ciempiés comiendo las ideas lógicas y desconectando la imagen de lo que eres en realidad.

No fue algo serio solo fue un juego de dos niños bobos intentando hacer lo que dos personas maduras harían. Me deje llevar y sufrí mucho desde el primer día que noté tu ausencia. Al igual que yo tu tomaste una idea errónea de lo que soy, siendo de esta manera un arma letal para mí porque mientras yo te dibujaba como algo sincero, algo honesto y lleno de emociones y luz tu me creaste como un rugido que solo te abatía y te seducía tal como un demonio. No nos conocimos, solo pretendimos hacerlo, pensando, siempre especulando y dudando lo que el otro diría.

Cuan frágil fue nuestra línea porque los dos nos equivocamos, ojalá pudiera regresar a ese momento en el que nuestras intenciones se cruzaron y se voltearon a la mitad del camino, dando giros alternos de manera que apartaron nuestros ojos de lo que pasaba.
Sigo sin entender la razón la más importante de todas, pero sí tu decidiste cambiar e irte a pesar de que te supliqué que no lo hicieras, entonces solo tú sabes cómo regresar, ya no saldré buscándote o al menos intentaré no hacerlo porque de igual modo seremos como siempre hemos sido, un par de extraños fingiendo no serlo.

Un poco de cordialidad hubiera sido al menos un abrigo para mí no obstante, conocí esa parte tuya en la que la informalidad y la indiferencia que una persona madura de nuestras edades no haría ¿Qué niño jugaría tal como nosotros lo hicimos? Sigo pensando que esta situación es patética, sin embargo me duele.

Me muerden los celos como una jauría de perros, el simple hecho de pensar que no fui el primero para ti y que no seré el último. Aprende lo que yo ya aprendí, diviértete en el camino y si fallas aprenderás más.

Solo te recuerdo que sin importar que tan poco nos conocimos a pesar del largo tiempo que compartimos tu, no serás la primer mirada pero es como si lo hubieras sido y te digo que, serás la última caricia que tendré. De ti no habrá después, no habrá otros ojos que me cautiven y me seduzcan como lo hicieron los tuyos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario